Foto tomada el 23 de Noviembre en Montejo de la Sierra (Comunidad de Madrid)
ANIMUS GAIA
sábado, 1 de diciembre de 2012
miércoles, 4 de julio de 2012
martes, 3 de julio de 2012
Un equipo de leyenda
Todo comenzó la noche del 1 de julio de 2012, cuando toda España estaba pendiente de la final de la Eurocopa contra Italia. Sin lugar a dudas esta final era una cita con el destino, con la historia, un duelo de titanes frente a la diosa Fortuna que tantas veces nos la había jugado, pero en esta ocasión, lo que los italianos no sabían, es que aquellos dioses a los que antaño juraron fidelidad terminarían adorando a España. El comienzo de esta historia, como si de la Ilíada se tratase, se remonta a la Eurocopa de 2008 en Austria-Suiza, contra Alemania en la que el gol del por aquel entonces "niño Torres" devolvió la ilusión a un país, a una nación y sobre todo a un estilo de juego poco valorado y reconocido a nivel mundial: el fútbol de precisión, de escuadra y cartabón que buscaba el perfeccionísmo clásico que ni el mismísimo Miguel Ángel logró encontrar. Tras la ilusión de la conquista de la Eurocopa, España puso rumbo a la copa Confederaciones pero los peores augurios no tardaron en aparecer y rápidamente se hicieron eco a nivel mundial, el toro español volvía a ser manso. Pese a ello y en un breve espacio de tiempo, más propio de la leyenda mitológica del ave fénix que de algo real, la Roja resurgió de sus cenizas, encaminando una clasificación para el Mundial de Sudáfrica 2010 ejemplar y modélica como nunca antes ningún equipo lo había logrado. Todo esto volvió a alimentar la creencias en España encumbrándola como la favorita de cara al Mundial pero tras el primer partido contra Suiza, la Roja volvió a sentir el frío abrazo de la injusticia. Una vez más la prensa internacional que la había ubicado en el Olimpo no tardó en desterrarla al Inframundo, tachando a la Roja de haber sido un espejismo, cuyas victorias habían sido producto de la casualidad, pero si por algo si ha caracterizado este equipo de espartanos al que el mismísimo Leónidas hubiese gustado dirigir, es por levantarse y demostrar el carácter español, el orgullo, la garra y la entrega que siempre ha caracterizado a los españoles para proclamarse vencedores de su primer mundial de la historia en una final épica contra la Orange. Fue un partido duro, donde la armada holandesa contaba con unos buenos estiletes en punta y con un centro del campo de estilo medieval, batallador y basado en malas artes, que recordaba por momentos más a una justa que a un partido de fútbol. Pero una vez más el buen juego, el arte y la clase española encontró la forma de dirigir la nave terminando la agónica batalla con un cañonazo preciso y directo a la coraza holandesa, rondaba el minuto 116 de la prórroga cuando apareció por allí un español poco común; de piel lechosa, tímido, humilde y de buen corazón al que sin duda los dioses habían dotado con una técnica y precisión como ninguno. Así el pequeño español asestó un golpe mortal sobre el ejercito tulipán que cayó rendido antes los pies de San Iker. Tras estas hazañas y escribiendo con letras de oro los mejores capítulos del fútbol español nadie creía ya que España fuese a llegar más allá, a conseguir lo que nadie había logrado, buscaban un trono en la eternidad, un trono en el mismísimo Monte Olimpo junto a los dioses donde solo los elegidos tenían un sitio. Durante un tiempo fueron comparados con la Francia del napoleónica de Zidane, con otras selecciones de importancia mundial como la argentina o la inglesa , pero en el fondo para la mayoría de los mortales del planeta, España no dejaba de ser la misma selección de siempre, una selección de bajo linaje. En Europa las malas lenguas decían: si equipos como Alemania, Italia o Inglaterra no han conseguido tal hazaña porque iban los españoles a llegar tan alto. ¿A qué me refiero?, pues a la triple corona que nunca nadie había conseguido levantar en el mundo del fútbol. De nuevo la prensa europea y mundial se hacían eco del cartel de favorita de La Roja pero fue perdiendo peso a medida que Alemania e Italia ganaban importancia, pero como siempre, los españoles a lo nuestro. De esta forma a base de una poción mágica que ni el mismísimo Panoramix hubiese dilucidado, el "tiqui taca" y pese a contar con numerosas bajas, España supo aplastar a las veloces y determinantes tropas de la Galia, a los salvajes y fuertes guerreros de Lusitania para plantarse en la final contra los descendientes de la antigua Roma. El resultado iba a ser una final para la historia, que al mismísimo Ave Caesar hubiese gustado presenciar, con el estilo de la época, en el circus maximus, rodeado de los mejores luchadores y las mejores fieras. España estaba a un paso de la gloria, de la inmortalidad, de la leyenda, de la ascensión al Olimpo capitaneada por un santo, sí el santo de Móstoles, el de Ávila o el de España, como le quieran llamar, capaz de obrar milagros en los momentos más agónicos, aquellos en los que nadie cree en España. Así como si de la antiguo Imperio Romano se tratase, tan laureado y reconocido a nivel mundial, Italia venía crecida, por sus títulos conseguidos, su experiencia en partidos importantes y sobre todo por haber derrotado a la todo poderosa Manschaft, que durante todo el europeo habían demostrado ser la viva imagen del canciller de hierro, una apisonadora firme y determinante. Pero la historia se repite, España y su ejercito de bajitos encarnados sobre la piel de un viejo enemigo romano, Atila rey del hunos y azote de los dioses, domeño a la azurra hasta su extenuación. Era un momento de ilusiones, una cita con la historia, historia futbolística de España y de Europea en la que medio continente estaba pendiente de la gran final, expectantes por ver quien se llevaría la gloria, la corona de laureles, el trono en los campos Elíseos. No hubo lugar a dudas, fue España, aquella antigua colonia en tiempos romanos que como antaño hiciera, volvió a demostrar su hegemonía a nivel europeo, la hegemonía de un imperio, de un país, de un pueblo, el español, en el que a día hoy y dejando a un lado la tan famosa prima de riesgo, no tiene parangón futbolísticamente hablando. Nadie en la historia del fútbol había conseguido la triple corona, que se recordará de generación en generación como La Leyenda de la Roja. Son tiempos difíciles en el viejo continente, pero en cualquier rincón del mundo solo se escucha una cosa: el reinado español vuelve, así que se enteren Europa y el mundo, alemanes, ingleses, franceses, portugues, italianos, brasileños y argentinos......, España es leyenda viva del futbol y no ha sido una casualidad, nosotros no necesitamos la mano de Dios, tenemos la mano del Santo, no necesitamos un kaiser, tenemos al faraón de Camas y no necesitamos la samba ni las bicicletas, tenemos al mago de Arguineguín y al genio de Fuentealbilla. Por tanto, que se entere Europa y el Mundo, España, La Roja, ha pasado a ser Leyenda y le pese a quién le pese estamos hablando de una generación y un equipo único en la historia de este deporte.
Para finalizar y haciendo alusión a las sabias palabras del rey más prolífico de España allá por el año 1519..... dijo:
EN MI IMPERIO NUNCA SE PONE EL SOL!!!!!!!!!!!!!!!!
Y en su lecho de muerte termino diciendo.....
SOY TAN PODEROSO QUE NO LE TEMO A NADIE!!!!
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